domingo, 4 de julio de 2010

Fragancias del campo

  Tras la semana de trabajo, todo mi ser vibraba con el ansia de volver a cabalgar mi flamante Trek. Aprovecho mi solitaria salida para brindarnos momentos de intimidad para conocernos poco a poco. Disfruto como un niño de su agilidad y suave funcionamiento. Ella va descubriendo progresivamente mi forma de andar mis pequeños vicios y carencias ciclistas. Por mi parte, veo lo sobrada que va por mas que la quiera meter en algún aprieto y exigirle un poco mas. Siento que me va murmurando cosillas con el ruidito de su traqueteo como : "Tranquilo, baja con decisión, yo cuidaré de tí". Es cierto, la confianza que me da, rara vez la había sentido con tal nitidez.
  La mañana presagiaba lluvia, viendo como las cotas mas altas de los montes permanecían inmersos en húmedas nubes. Procuro entonces mantenerme alejado de ellas pedaleando por cotas bajas. La temperatura es agradable y el airecillo del movimiento no me resulta incómodo en ningún momento. Aprovecho para visitar las parroquias de Castiello Bernueces, Fano, Baldornón y Lavandera. La soledad de mi trayecto hace que se agudicen mis sentidos y disfrute plenamente de las fragancias del campo en forma de tierra mojada, hierba recién segada y multitud de árboles frutales exhibiendo sus preciosos tesoros de principios de verano.
  
  De vez en cuando hago una pausa para deleitarme y empaparme de los sonidos y la paz del entorno de una mañana de domingo y disparo mi máquina para tratar, en vano, de inmortalizar esos pequeños pero entrañables momentos. Recuerdo los consejos de mi querido José (Blue) en el arte de la fotografía. Juego con la escala de sensibilidad lumínica de mi cámara para darle mayor realismo a mis fotos. Me doy cuenta de que todavía me queda mucho camino en mi modesto aprendizaje.


1 comentario:

  1. Te veo muy bien, eres inteligente en cualquier momento se saldra todo mejor que a mi.Solo necesitas tiempo.un abrazo.Blue

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