martes, 11 de mayo de 2010

Decadencia pura

 Los científicos aseguran y certifican nuestra procedencia y la vida sobre la faz de la tierra de los océanos y del agua. Este fin de semana he querido reencontrarme con mis orígenes mas primitivos y gozar de una buena ración de decadencia. Lo mas antiguo con la exquisitez mas actual.
  Para empezar hemos ido a ver el documental de Oceanos. Había dado comienzo un fin de semana de relajación total. El documental me pareció sublime. La alta definición nos permite disfrutar de las pequeñas cosas y sucesos, cobrando estos toda la importancia y el protagonismo. Pasémonos todos a la alta definición, veríamos la vida con otra actitud mejorando quizás como unos seres vivos mas respetuosos en este planeta nuestro. El documental ha sido revelador y precioso. Como casi siempre la raza superior demuestra estar de mas.
  Al día siguiente teníamos programada una sesión de Spa que nos hizo comulgar mas si cabe con nuestro medio original y primitivo, fuente de vida en el planeta y el bien mas preciado. El agua. Los potentes chorros de agua enfocados en distintos ángulos e intensidades, las cascadas y las piscinas de temperatura variable, nos ayudarían a sobreponernos de las molestias acumuladas en nuestros músculos y articulaciones. La sauna purificó mi piel y los 15 minutos de seguridad recomendados se me hicieron eternos a 95º de temperatura con  un 75% de humedad. Al concluír la sesión y al mas puro estilo nórdico, intento adentrarme cual machote en el frigidarium (piscina con agua a 14º) en ese mismo momento me doy cuenta de que ni soy rubio ni alto. El primer intento resultó ser infructuoso y tras unos juramentos en arameo decido posponer el intento de inmersión para mas tarde. Al cabo de un rato me decido de nuevo, herido en mi orgullo y me sumerjo de cabeza. Ni que decir que la sensación de encogimiento físico de mi cuerpo fue inmediata y evidente. Al recapacitar de mi acción de valentía (de ahí que las chicas nos recomienden siempre las duchas de agua fría, nos aclaran las ideas) me doy cuenta de lo absurdo de mis actos. Pero si había ido a disfrutar! Acto seguido la piscina caliente ( agua a 37º) me acogía en su seno cual feto en la placenta de su mamá. Solo me quedaba cerrar los ojos y disfrutar de las caricias de las burbujas por todo mi cuerpo.(je je pillines...)
  Puedo concluír que las 2 horitas de duración me sobrepusieron física y mentalmente para la nueva semana de trabajo que se avecinaba y me hice el propósito de volver cuanto antes cuando mi cuerpo me pida mimos a gritos.

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