No sé si os ocurre a vosotros, pero a mí cuando me llega un día en el que por motivos varios no puedo salir con mi máquina a estirar las piernas, cualquier alimento que me lleve a la boca me hace pensar en el aporte calórico que supone su ingesta. Para saber un poco por donde van los tiros, ahí va una tabla que nos puede ayudar a controlar o a equilibrar las cantidades que nos llevamos a la boca. Que no suponga, no obstante ningún reparo el ponernos como un cura un día señalado por semana, ya que : Estomago lleno, corazón contento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario